Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

sábado, 19 de mayo de 2012

Branchipus schaefferi (Fischer 1834) habitan en Navajos y charcos de Alcublas






Los branchipus schaefferi son de la orden de los anostrácodos, dentro de los crustáceos, su nombre genérico de braquiópodos viene dado porque sus branquias que están en las patitas locomotoras, por las cuales respira.

Esas branquias siempre en movimiento hacen que no sea muy fácil el conseguir fotos de ellos, a su movimiento constante hay que añadir su pequeñez, pues mide entre 10 y 25 mm.

Los machos son más grandes que las hembras, las antenas las tiene más desarrolladas, pero en cambio ellas tienen el saco de huevos de colores muy llamativos.


Sus ojos son la parte que mas destaca de su cabeza, los hemos visto marrones oscuros y negros.


El tracto intestinal destaca poderosamente sobre su color general, más bien lechoso.


El cromatismo de color que observamos en ellos es debido a las algas que existen en las diferentes aguas en las que habitan, observándose colores verdosos, amarillentos, rosáceos.


Este año pese a la sequía, han acudido prontamente a la cita y ha sido un placer verlos habitar nuestros Navajos y charcos temporales.


Esperamos, si llueve, poder seguir visitándolos, aunque su hábitat es un agua temporal y como tal se seca.


 
© Gallipato Alcublano

jueves, 17 de mayo de 2012

(Eriocheir sinensis) Cangrejo chino de mitones o de Shanghai (H. Milne Edwards, 1853)



Especies invasoras (XXVI)

Esta es una mas de las especies invasoras que causan un gran daño a las personas y las instalaciones.
Para empezar diremos que una hembra puede poner entre 250.000 a 1 millón de huevos, cifra escalofriante.
El cangrejo chino fue accidentalmente introducido en Alemania hacia 1900, debido al comercio con el este Asia, su primera cita es 1912.
Su expansión a otros países fue entre 1920 y 1930 encontrándose en Dinamarca, Suecia, Finlandia, Polonia, República Checa, Holanda, Bélgica, Francia, Reino Unido, etc.
 
Parece ser que no fue demasiado accidental si no con intereses para su reproducción, aunque lo mas probable fuese debido a la expulsión por barcos del agua de lastre, por ese método se pueden introducir en cualquier país, que tenga comercio con buques que provienen de su sitio natural.
Las corrientes de los océanos pudieron propiciar su expansión a lo largo de las costas del norte de Europa.


Los aspectos más relevantes de su impacto son su actividad excavadora que acelera la erosión de las riberas y diques provocando el desplome de las orillas y provocando procesos erosivos. Sus madrigueras y los túneles que excavan pueden llegar a superar el medio metro de profundidad.
Su voracidad afecta a los campos de arroz y comen toda clase de invertebrados. Provocan cambios en la estructura de la cadena trófica y afectan a la abundancia y grado de crecimiento de varias especies por competencia y depredación.
Se enganchan en las redes comiéndose los cebos y dañándolas e incrementando el tiempo de captura.
En sus movimientos migratorios obturan las conducciones de agua que le salen al paso.
Los cangrejos chinos portan el trematodo oriental del pulmón Paragonimus westermani, que lo pueden recibir los mamíferos, incluyendo a los humanos. Los humanos pueden ser infestados por comer crudos o mal cocinados los cangrejos, o por la transferencia del trematodo por utensilios contaminados. Los síntomas son parecidos a los de la tuberculosis. Poca broma.


Para prevenir su expansión habría que aplicar medidas restrictivas en las descargas de las aguas de lastre.
Deberían controlarse más las instalaciones de acuicultura e intentar frenar la importación de cangrejos vivos.
Hay que utilizar medidas de interceptación en los lugares que se haya constatado su presencia. En Alemania se utilizan trampas de corriente arriba para la captura de juveniles mientras realizaban la migración.

Generalmente tienen una coloración verde-tinta en el dorso y gris-blanco en el vientre. Caparazón de forma cuadrada, ligeramente más largo que ancho; notablemente convexo y desigual, portador de cuatro lóbulos epigástricos marcadamente afinados. Los machos producen una cubierta densamente afelpada sobre las tenazas, de ahí su nombre de mitones.


El Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biología Evolutiva de la Universitat de Valencia investiga la expansión en España del cangrejo chino, en colaboración con la Universidad Nacional de Taiwán. El "Eirocheir sinensis" ha llegado ya al puerto de Vigo y al Guadalquivir y transmite enfermedades a los humanos.
La expansión del cangrejo chino constituye uno de los problemas más preocupantes en la lucha contra las especies invasoras por su impacto sobre otras especies y ecosistemas, su capacidad para "viajar" en el agua de lastre de los barcos y por su papel en la transmisión de enfermedades, según explica el investigador del Institut Cavanilles, Ferran Palero.

Llamamos la atención sobre la peligrosidad de las especies invasoras, que dañan nuestro entorno y diversidad.

Fuentes:
Gallipato Alcublano
GEIB (2006) TOP 20: Las 20 especies exóticas invasoras más dañinas presentes
en España. GEIB, Serie Técnica N.2. Pp.: 116.
http://es.wikipedia.org/wiki/Eriocheir_sinensis
http://www.fao.org/fishery/culturedspecies/Eriocheir_sinensis/es
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2012/01/10/institut-cavanilles-investiga-expansion-espana-cangrejo-chino/871181.html

domingo, 13 de mayo de 2012

Los molinos de Alcublas.



Sobre los años 1940 - 1950, más o menos, por centrar el escrito en una época determinada. Y en épocas anteriores más todavía. Los agricultores –labradores como se llamaban entonces y en muchos lugares todavía se siguen llamando- No conocían los teléfonos móviles.
 Ni llevaban relojes de pulsera y menos electrónicos. Ni nada que se le pareciera.  Usaban métodos rudimentarios pero casi infalibles para orientarse. Para saber la hora en que se encontraban con asombrosa precisión.
 Para saber si, a no mucho tardar estaba cercana la deseada lluvia. Tan necesaria para la agricultura de entonces, como imprescindible lo es también ahora. 
Y otros muchos trucos de la sabiduría popular, transmitida de padres a hijos. Que se utilizaba para averiguar infinidad de acontecimientos y acciones ordinarias y poder actuar en consecuencia.  
 
 
No eran métodos precisos. Pero a pesar de su grado de inexactitud eran “métodos” o formas de predecir el futuro a corto plazo, que resultaban muy útiles para la vida cotidiana de los diferentes trabajos agrícolas que se realizaban.
Todos estos “métodos” eran tan necesarios para la vida de entonces, como los utilizados ahora con sistemas mucho más precisos y tecnológicamente desarrollados. Todos llevamos un reloj en nuestra muñeca qué, constantemente miramos para regular nuestro tiempo y desarrollar mejor nuestro trabajo.
 Miramos la televisión para enterarnos que dice el parte meteorológico y actuar en consecuencia. Escuchamos la radio y nos enteramos de las noticias casi en el momento que suceden. En todo instante sabemos en la hora que nos encontramos. Insisto en la hora por que tiene un significado importante en este escrito.
  Por dar a conocer algún “método” que utilizaban los labradores y las gentes que están en contacto con la naturaleza y que carecían de instrumentos indicadores. Existen señales naturales, que muestran lo que posiblemente en un tiempo más o menos prolongado puede suceder, con su margen de error, pero con muchas probabilidades de acierto. 


La sabiduría popular decía;
 Si cuando se esta ocultando el Sol, hay nubes y parece que hay “dos Soles” y nos sabes cual es el verdadero; en unos días llueve.
 Otra; Las moscas cuando están paradas en la pared de tu casa y están colocadas cabeza abajo va a llover o llueve.  Hay muchos más pero no es el caso.


 
Entre los años 1950 y 60 era un chaval que, como la gran mayoría de mi pueblo trabajaba en el campo. Y como decía antes utilizaba la sabiduría popular para realizar los trabajos ordinarios utilizando los “métodos” que iba aprendiendo poco a poco y que por mi edad más me interesaban.
Hace unos días unos amigos entre los cuales se encontraban Rafa Casaña y Carlos Viadell   sin predeterminación, estuvimos visitado los molinos de viento de Alcublas, muy antiguos pues se remontan a los siglos quince o dieciséis.
 Estos molinos debido a la altura en que se encuentran se divisan a mucha distancia. En días limpios y soleados son perfectamente visibles desde Pedralba. Sobretodo uno que por su ubicación lo es más.
Estos molinos tan antiguos que gracias a los cuidados de las gentes de Alcublas, todavía podemos contemplarlos y disfrutar de su presencia.  Representa, o representaba para mucha gente de Pedralba, uno de los “métodos” infalibles para saber con exactitud a la hora que uno se encontraba. 


En verano y si una persona se sitúa estando en Pedralba de espaldas al Sol y si su sombra se alinea con este molino que he mencionado más visible, es justo medio día solar. O sea. Las doce en punto. Hora de parar para comer. “Todavía entonces no se había adelantado las horas del reloj.”
 A los dieciséis años a esas horas el hambre se hacía sentir, más, cuando uno ya llevaba cuatro horas detrás de un arado.  Por esa razón esperaba con ansiedad comprobando con cierta frecuencia que mi sombra se alineara y mirando si coincidía con el “molinoco” de Alcublas. Como decíamos entonces.
Reclamando con cierta insistencia sin ser irrespetuoso, reponer fuerzas y refrescar a la sombra del más próximo y frondoso algarrobo del lugar del trabajo. Muy prolíferos en aquellas épocas que desgraciadamente quedan tan pocos.
                                        

 José L. Sanmiguel.