Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Y llego el hielo a las Balsas de Alcublas



La mañana se presentaba muy fresquita, no hacia ni frio, ni calor, 0º y partimos a ver las balsas y navajos de nuestro término. Abrigados como lo requería la temperatura.
Lucía el sol, pero la temperatura no aumentaba, veíamos en algunas umbrías las escarchas de la noche pasada, los que nos hacía pensar que las balsas y navajos estarían con hielo.
Nos hemos llevado la sorpresa otros años, que pese a que el agua estaba helada, la vida seguía dentro, como ya os contaremos.
Llegamos al Navajo del Prao y vimos como tenía una gruesa capa de hielo que la cubría realmente, se reflejaba el sol en ella dándole una imagen muy especial.



Partimos hacia la Balsa Silvestre, donde nos esperaba una agradable sorpresa. Esta balsa debido a su tamaño no estaba totalmente helada, pero en su parte sur seguía existiendo abundante hielo.



La sorpresa fue que nos encontramos a seis gallipatos patinando sobre el hielo, bueno o eso fue lo que nos pareció a nosotros.



Nuestra próxima parada fue en el Navajo el Poderoso, que como no  estaba también cubierto de una gruesa capa de hielo, el sol nos acompañaba, pero la temperatura no subió, hacia frio.



Otra de nuestras Balsas grandes es la de la Pedrosa, que pese a estar expuesta al tibio sol, seguía helada y por desgracia seguía creciendo  la  enea.



Otra sorpresa nos esperaba en el Navajo de la Fuente del Puerco o de Sapero, lógicamente estaba helado, pero existían marcas recientes de jabalís, es conveniente resaltar que la Sociedad de Cazadores de Alcublas, por el incendio, han colgado las escopetas durante dos años.



El tiempo pasaba, estábamos muy a gusto, pero no renunciábamos a visitar el Navajo que quizás tenga las vistas más bonitas de todo el término, el del Collado Gabarda, y no nos defraudo las vistas eran impresionantes. Ahora bien, también estaba helado.
Recogimos trastos y nos volvimos a casa, satisfechos, las balsas y navajos estaban helados, pero estaban llenos.

J. R. Casaña.